Este buen argumento, leído así suelto, nos hace pensar en un posible drama romántico o en una comedia divertida y tierna. Pero si llega un productor y decide que este barco lo capitanea Adam Sandler (que tiene la gracia donde las avispas) y Drew Barrymore (que desde ET no hace nada medianamente decente), obtenemos una comedia chusca supuestamente graciosa y que encima nos quiere traer moralina final en un desacertadísimo desenlace.
Si además le añades un secundario de “lujo” como Rob Schneider haciendo de amigo chalado (sin gracia) del protagonista o a Lusia Strus haciendo de rusa en Hawai (¿pero quién tuvo esta idea?), la película se convierte en una bazofia.
Lo mejor: la familia de la protagonista
Lo peor: el resto
NOTA: 4
Para más información: 50 primeras citas
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