jueves, 12 de enero de 2012

CARANCHO: guión en la dirección equivocada

En Argentina mueren al año en accidentes de tráfico más de 8 mil personas, un promedio de veintidós por día; más de ciento veinte mil resultan heridas. La última década ha dejado 100.000 muertos. Los millones de pesos que necesitan las víctimas y sus familiares para afrontar gastos médicos y legales, producen un enorme mercado, sostenido por las indemnizaciones de las aseguradoras y la fragilidad de la ley. Detrás de cada desgracia asoma la posibilidad de un negocio.
 
Con estas frases empieza la película Carancho, centrada en la figura de Héctor Sosa, que se dedica, en una sociedad ilegal, precisamente a estafar a aseguradoras y familiares, llevándose un buen pico de las indemnizaciones.

 
Todo comienza con mucho interés sobre la trama de la estafa, pero se va desinflando lentamente cuando el guión se centra en la relación de pareja entre el personaje de Ricardo Darín y el de una estupenda actriz llamada Martina Gusman. 

Al espectador no le interesa para nada esa historia de amor, la cual además está muy cogida con alfileres. Llega un punto en que el tedio es insoportable. 

Menos mal que los dos últimos minutos de la peli son magistrales, de una tensión narrativa y de un hiperrealismo estremecedor. 
Pero ya era tarde para remontar el vuelo: sobra relleno, siempre sobra relleno.

NOTA: 5
LO MEJOR: esos dos minutos finales
LO PEOR: se hace tan aburrida a mitad de metraje...
Para más información: Carancho 

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