Continuando con las obras del recientemente fallecido José Saramago, me adentro en La Balsa de Piedra, novela con el estilo inconfundible del portugués y con un argumento absolutamente improbable, tal y como son todos los de sus mejores obras.En esta ocasión, la Península Ibérica se separa por causas naturales de Europa e inicia un viaje por el Atlántico de consecuencias inimaginables. Con esta premisa, el autor construye un retrato de la sociedad y su comportamiento ante una situación extrema (al igual que hiciese en Ensayo Sobre La Ceguera o Ensayo Sobre La Lucidez, por ejemplo).
Varios personajes, más o menos relacionados con los hechos, deciden emprender un viaje para entender las razones de tal fenómeno.
Sin duda, esta novela se podría considerar el hermano menor o la precursora de Ensayo Sobre La Ceguera, publicada posteriormente, siendo ésta última mil veces más intrigante y verosímil.
La Balsa De Piedra peca, en mi opinión, de insustancial e irrelevancia. Me explico: hasta la mitad del libro sientes curiosidad por el destino de los personajes y el de la propia Península, pero después se va disipando ese interés al encontrar que Saramago no define el objetivo claro de los protagonistas. En ese momento la novela da un bajón importante y ello se culmina con un final pelín decepcionante.
La daremos por buena si la entendemos como el primer borrador de la grandiosa Ensayo Sobre La Ceguera.
De ambas, por cierto, tenemos película para los más vagos con la lectura:
La Balsa De Piedra
Ensayo Sobre La Ceguera
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