domingo, 17 de octubre de 2010

WALL STREET: Ocasión perdida

Con el material tan bueno que tenía Oliver Stone y menudo pinchazo que ha pegado el director con Wall Street, que viene a ser una segunda parte de una película sobre los turbios asuntos financieros y económicos de los grandes gurús económicos estadounidenses.

Conociendo la crisis actual tan galopante que sufrimos y sabiendo que ésta viene, principalmente, del petardazo financiero y de hipotecas subprime de EEUU, tenía Oliver Stone en bandeja un material para hacer una de las películas denuncia más impactantes de la historia.
Pero mira por dónde que, al mítico cineasta, le da por introducir una historia romántico-familiar y convierte el guión en una decepción de proporciones incalculables.

A mí qué narices me importa si la pareja protagonista pende de un hilo por culpa del delictivo historial de su padre y de la ambición desmesurada de su novio, ambos analistas e inversores económicos de Wall Street. No me importa una mierda. Yo lo que quiero es que el guión trace la intra-historia de esta crisis financiera y no que sea un mera anécdota de fondo de una historia romántica.
En resumen, la película banaliza por completo la crisis económica y, por ello, no interesa y decepciona a cada minuto.

Y, para terminar, el remate es que Oliver Stone debió saltarse el primer curso de audiovisuales o de estudios de cine o como se llame lo que se estudia para ello, si es que ha hecho el curso, porque el montaje del film es espantoso, infantiloide e indigno de un cineasta de su talla. Véanse los siguientes ejemplos: escenas por ordenador tipo CSI para explicar determinadas escenas (que además no era necesario explicarlas ni así ni de ningún modo) y transiciones tipo Homer Simpson cuando monta el vídeo de Ned Flanders para que ligue, sólo faltó la cortinilla de estrellas... realmente patético.

Además sumamos como puntos negativos la música (casi nunca acompañaba al sentido de la escena, era un poco desconcertante) y un final forzadísimo y nada creíble, más allá de su empalagosa edulcoración, valga la redundancia.

Por poner algo positivo podemos decir que, obviando la trama familiar-romántica, es decir obviando el 75% de la peli, la trama de intriga está bien llevada e interesa por ser muy, muy actual.
Y, por supuesto, un 10 a los cuatro actores protagonistas: Shia LaBeouf (ya no es promesa, sino realidad, un grandioso actor), Carey Mulligan (confirma después de An Education que va para estrella), Michael Douglas (esperemos poder seguir viéndole en pantalla) y el gran "villano" de la peli: Josh Brolin.


LO MEJOR: la intriga económica y el trabajo actoral... a pesar de todo la peli no aburre.
LO PEOR: la banalización de la crisis económica, el final forzado y esa escena con las motos metida con calzador.
NOTA: 5
Para más información: Wall Street. El Dinero Nunca Duerme

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