martes, 20 de marzo de 2012

TAN FUERTE, TAN CERCA... ¡¡¡tan insoportable!!!

Nunca se acaba, nunca se acaba... este es el pensamiento que ronda tu cabeza en los eternos minutos finales de Tan Fuerte, Tan Cerca. ¡Y ojalá hubiese sido eso lo peor de la película! Todo lo contrario, porque la carga tan grande y desproporcionada de cursilería, sentimentalismo falso, melosidad extrema y emoción impostada, es tan enorme que sale uno del cine como si le hubiesen metido en un jarrón lleno de miel: sientes un empalagamiento tal que da arcadas.

Y es que la historia de un crío en busca del significado de una misteriosa llave que encontró entre las pertenencias de su padre, el cual fallece en el 11-S, es tan sensiblera que es hasta desagradable.

Da muchísima rabia ver, claramente, cómo intentan manipular al espectador para que sienta una tristeza a todas luces falsa. Nos bombardean con escenas, supuestamente emotivas del 11-S, pero consiguen el efecto contrario: creer que nos están tomando el pelo. Es como un eterno videoclip de una balada ochentera horrenda. No hay por donde cogerlo. 

En parte (mucha, de hecho) es culpa de ese guionista (o autor del libro) que pensó que un niño debía tener unos textos adultos, hasta el punto de resultar insoportable escuchar al protagonista. Seguramente él lo hace fenomenal, no lo niego, pero le hacen decir una serie de barbaridades que sólo a una persona bien adulta se le ocurrirían, lo cual convierte todo el "interesante" misterio en secundario... ¡porque no puedes parar de odiar a ese maldito crío! Para más inri, el doblaje español es absolutamente patético, más concretamente en el caso del chaval protagonista. 
El resto de actores están correctos, destacando Sandra Bullock (que parece definitivamente recuperada para la causa del séptimo arte) y el secundario Max Von Sydow (realmente fantástico en su papel de inquilino mudo). 

En cuanto al guión y la historia en sí, pues qué decir... hablamos de un chaval cuya madre permite que vague por las calles de Nueva York (ciudad segura donde las haya) para encontrar lo que abra esa misteriosa llave; partiendo de esta premisa todo lo demás sólo puede ir a peor... y prefiero no desvelar mucho más porque ocuparía esto medio blog. 
Y si ya hablamos de la música alcanzamos el ridículo absoluto: poner composiciones más cerca de películas aventureras cuando el joven protagonista surca el Central Park como si fue eso la jungla, es claramente delictivo. 

En resumen: 2 horas de insoportable ñoñería que tapan una posible bonita historia de aventuras infantil...

NOTA: 4
LO MEJOR: el papel de Max Von Sydow, cuya falta de diálogo es muy inspiradora en su actuación
LO PEOR: te quieren emocionar engañando, que es lo peor que se le puede hacer al espectador, y acabas dando arcadas de edulcorante. Y, por supuesto, mi ODIO eterno al personaje infantil.
Para más información: Tan Fuerte, Tan Cerca

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